Nadie sabe si es que eran tan chiflados por la radio, pero se disparaban casi toda la parrilla de programación verspertina.
Empezaban con “Siempre en juventud”, el Noticiero Provincial, “Tiempo al Tiempo” y el dramatizado de las siete y diez. A veces cerraban con “Mural Campesino”.
La razón: tenían sexo del bueno, follaban por la tarde y la emisora era el pretexto para que no se escucharan los gemidos, ayees y ruidos de la cama, la silla y el sillón.
En medio de los apagones no se gozaba igual y era muy difícil burlar a la gente del comité. Quizá por ello amaban tanto al medio radiofónico, a Marconi, a Goar Mestre, al mismísimo Luis Casas Romero y al viejo VEF que todas las tardes les acompañaba.