Escrito por Yanela Gómez Pérez,   yanela.gomezperez@facebook.com

Los tiempos han cambiado, y con él viejas tradiciones musicales. Ya los danzones, los cha cha cha, u otros ritmos autóctonos cubanos no se escuchan con frecuencia en los escenarios ni en los medios de comunicación masiva.

Sin embargo, en un intento por rescatar nuestra idiosincrasia cultural, diversas orquestas musicales se han legitimado como promotoras de la cancionística tradicional.

Una de ellas es la Armonía de Vertientes, muy popular en la década del sesenta y que estuvo a la altura de agrupaciones de fama nacional como la Aragón, el conjunto de Roberto Faz y la Banda Gigante, que dirigía el gran Benny Moré.

Aunque se desintegró por varios años debido a cuestiones internas, nuevos músicos han querido revalidar el título de profesional del conjunto charanguero, pero esta pretensión ha tropezado con disímiles barreras. ¿Qué razones lo justifican?

A pesar de que en dos ocasiones, la Armonía obtuvo calificaciones de muy bien, aún no se les ha conferido el título. La última audición fue el 21 de noviembre del año 2011.

Según Norberto Puentes, director de la orquesta Maravillas de Florida y uno de los miembros del jurado, esto se debe a que la bien llamada “Típica del Momento” no califica como excepcional, requisito que el Instituto Cubano de la Música considera indispensable para la acreditación profesional.

Si bien el consejo de dirección del Centro Provincial de la Música en Camagüey se reserva el derecho de ingresar a la Típica del Momento en sus catálogos, también es cierto que no se tiene en cuenta la trayectoria de la agrupación, las dificultades por las que atraviesa en vestuario e instrumentos musicales para los ensayos, además de la calificación de MB, que también cuenta en estas decisiones.

Es inadmisible que una orquesta cincuentenaria portadora de historia y tradiciones quede relegada a un segundo plano y se alegue, por una parte, que los catálogos están “congelados”, la imagen no es acorde o que el repertorio musical dista de los patrones de modernidad o no resulta “comerciable”.

Estos argumentos no parecen convincentes para la nueva generación de la charanga, para sus seguidores y el pueblo vertientino que pide una oportunidad para su orquesta.

Por el momento, los nuevos intérpretes siguen enriqueciendo su repertorio en el empeño de lograr el título que los reafirmará como orquesta de renombre en los archivos culturales cubanos, para así continuar el ritmo sonoro que tanto predicara la Armonía de Vertientes, fundada en septiembre de 1959.

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