para leo

Me disgusté con Armandito cuando me dijeron que se fue del periodismo. Jamás dejó de ser idóneo y confiable, al menos para mi, pero aquel día me enteré que trabajaba para un medio de prensa extranjero.

¡No pude creerlo! fui a gritarle cuatro carajos, a recordarle nuestra etapa de reclutas, la mutua vocación por la psicología, el pre-militar y las madrugadas de Gramática y Semiótica en la Universidad de Oriente, donde compartimos “mesa, aula y tren regular”.

Por suerte estaba equivocado, mi hermano de tinta  quedó excedente en su centro de trabajo y ahora empleaba su cámara Nikon para darle de comer a sus hijos.

“Wicho, ahora soy un fotógrafo de la BBC, pero no te sorprendas”, me dijo riéndose el muy cabronazo y luego explicó que se trataba de “Bodas, Bautizos y Cumpleaños”, en alusión al argot de algunos jodedores y colegas cuentapropistas.

Fue entonces que brindamos con un poco de Brandy, una bebida estrictamente inglesa como la sigla que nos provocó aquella bendita confusión, un 14 de marzo, día de la Prensa Cubana.

6 thoughts on “Reordenamiento laboral”
  1. 14 de marzo y 2011, nuevas circunstancias en las que no faltarán quienes, por necesidad, exploren otras sendas, pero igual seguirán mereciendo el brindis y el reconocimiento. Para los que siguen y también para aquellos (que no serán pocos) que temporalmente desvíen su rumbo: FELICIDADES. Especial a ti Luis, por tu constancia admirable.

  2. El reordenamiento laboral es una problemática de nuestros días, pero ya es hora de velar por la idoneidad y la responsabilidad. A felicidades a ti por el dái de la prensa cubana.

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