Hoy almorcé con la presidencia. La mesera que nos tocó era de lo más graciosa, conversadora y sonriente. Cada vez que se me acababa el agua venía, muy entaconada, y me llenaba la copa, mientras yo engullía unos trozos de frutabomba que trajeron de aperitivo.
Horas antes no sospeché semejante destino. En la comisión de acreditación nos dijeron “ustedes van pa allá, con la gente de la radio, los choferes y el operador de sonido”. Nos entregaron cuatro cartoncitos –desayuno, merienda, almuerzo y cerveza-, además del clip y la credencial que corresponde, impresa al parecer en una Epson de puntos.
A la salida de la asamblea, sin embargo, un colega “de confianza” nos guió hasta la salita de protocolo donde ya estaba un reducido grupo de compañeras y compañeros catando tínimas, frías como iceberg. El clima era agradable, como en algunas tiendas de recaudación. Había cubiertos, servilletas, musiquita y una media luz que te cagas.
Alguien me dijo “echa pa acá, periodista” y ahí mismo empezó la plática recurrente sobre cómo debía redactar la nota, qué fragmentos de su intervención publicar y la exhortación a editar pronto el material porque “eso lo quieren en La Habana”.
Me sentí bien. Fue mi primera experiencia en plan VIP. No tuve que preocuparme por la bebida, socialicé con gente desconocida, me aprendí un par de chistes pesados, garanticé un informe, transporte de regreso y repetí toda la papaya que me dio la gana.
A la salida me tropecé con Proscopio, el chofer que nos trajo. Me dijo que sudó esperando por el almuerzo, que le tocó un gordo de puerco incomible servido en bandeja de comedor obrero y que casi se atraganta con un plátano fongo en aquel local des-climatizado.
“Dame tus tickets de cerveza, chicharrón y ahora te vas con los jefes”, me dijo.
Como siempre, la radio dio el palo periodístico y alcancé a escuchar el reporte en un Chery QQ blanco con aire acondicionado y chapa marrón, desde donde minutos antes le dije adiós a Proscopio y a la mesera graciosa y conversadora, gente de a pie que no sabrá nunca qué carajo es el primer nivel.
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Verdad que tú eres un personaje jajaja
Define “eres un personaje”, Leti y luego de leer esto, mi china. Qué me quieres decir??? Un besito y ponte a “parir”, aunque duela.
jaja la gente que llega al primer nivel se vuelve “personaje” jajaja
Asero, y esto fue en una asamblea de esas que te encanta ir????? jajajajaja de esas que no me invitas??? jajajajaja Tú eres siempre de primer nivel, man, recuerda eso