Era una fiesta cada vez que en casa se hacía potaje de frijoles acompañado de una patica de puerco. Reunir los ingredientes para hacer un potaje en #Cuba puede costarte la mitad del salario. Entre ajo, calabaza, cebolla, aceite, ají, comino y una libra de frijol ya se te va la vida.

Si encima compras dos paticas para reforzarlo ya crece la factura. Mi hermano Isnel era fanático a este guiso y nuestros amigos -casi familia- Héctor y Giselle también.

Se invitaban entre ellos siempre que hubiese “potaje con pie”, una forma fina de nombrar el manjar. Era también una fiesta verles comer, conversar y hacer la sobremesa o bien pasarse mensajes tipo “ve hoy por la casa”, con cierta complicidad de comensales.

No sé si en Fort Lauderdale o en Orense el potaje sabe tan rico como en #Vertientes, o si cuesta tanto reunir los condimentos.

Yo apenas vi la imagen que encabeza este post experimenté un collage de recuerdos familiares, gratísimos y con un dejo de nostalgia.

Este domingo pediré a Dios por que un “Potaje con Pie” nos reúna muy pronto alrededor de la mesa. Me da igual donde sea, aunque confieso cierta predilección por aquel batey azucarero donde no estaría mal plantar la mesa y el mantel.

Amén.

2 thoughts on “Potaje con “pie” de cerdo”

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