Tomada de https://elcadillacnegro.com/

Cuentan que en la noche de bodas, ella le dijo a su esposo: “mi amor, no te lo había dicho, pero yo no sé hacer nada de nada”, a lo que el respondió “Tranquila, corazoncito, te desnudas, te acuestas y te relajas. Yo haré el resto”.

Entonces ella le refutó, “No mi amor, de eso yo sí sé”. Y entonces le recitó un repertorio de posiciones sexuales que incluían nombres tan raros como el “remolino”, “helicóptero”, “la vaca muerta”, “la catapulta”, “locomotora” y “rompe colchón”, entre otros.

“Lo que no sé es lavar, planchar ni cocinar, respondió la recién casada, dejando entrever que era experimentada en el acto amatorio. O sea, lo típico en cualquier cubana o cubano con suficientes “horas de vuelo”.

El chiste, no muy lejos de la realidad, es una clara señal de que los nacidos en la Isla tienen una enorme colección de posturas para la cópula, unas más placenteras y atrevidas que otras.

Si nos fijamos en la forma, se asemejan un tanto al Kamasutra, ese antiguo texto hindú que trata sobre el comportamiento sexual humano. Lo que cambia en Cuba es el nombre en cuestión. Aquí vamos con algunos muy curiosos y populares:

1.- Mira quién viene: la mujer, de espaldas a su pareja, vigila por la ventana o por una hendija de la habitación mientras participa del acto sexual. Es muy utilizado por cubanos que viven con sus padres, parientes o familiares y los que están en una relación extramatrimonial. También por los que se atreven en aulas, centros de trabajo, baños públicos, escaleras, ascensores y oficinas.

2.- En 4: también conocido por la postura del “perrito” que ha motivado a crear términos como “perreo” o “perrear”, asociados con la música urbana. Tiene una connotación animal y de sometimiento. El cubano es muy adicto a ella, porque supone dominación y posesión. Fue recomendada por el filósofo Lucrecio como la mejor postura para concebir.

3.- La Jicotea: aunque parece una situación humorística, puede ser una postura real. La mujer, de espaldas y en posición debajo de una mesa, se deja penetrar por  el varón que se ubica tras ella. Si ella intenta despegarse “un tantico así”, él puede darle con un cinto o con un zapato por la cabeza, como si se tratase de una jicotea que se asoma de su carapacho.

4.- La cubana: a decir verdad este nombre es más universal que utilizado en la Isla. Se trata de una estimulación sexual que hace la mujer al hombre con sus pechos. Algunos letrados y lingüistas le llaman “coito intermamario”.

5.- La máquina de coser: el varón permanece sentado, mientras la mujer agachada se enfrasca en…. lo que se le ocurra a ella. Entonces con los dedos del pie derecho estimula a su amada, un movimiento oscilatorio que recuerda al que se hace con el pedal de la máquina de coser. El resultado puede ser muy, muy agradable.

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6.- La carretilla: en el Kamasutra original vendría siendo “El Pino” o “El Pino Indio”. La mujer se apoya en sus manos en el piso o en la cama, mientras el hombre la levanta por los pies y las piernas de ella quedan por debajo de los brazos del varón. Se necesita cierta agilidad para que la duración sea suficiente o bien se hace en lapsos cortos de tiempo. Se le dice así en Cuba porque pareciera que el hombre conduce a este tipo de carromato.

7.- Sesenta y nueve: no aplica para puritanas y conservadores. Es una posición conocidísima y su nombre proviene del hecho de que los números 6 y 9 son el mismo carácter pero girado 180°. Cada miembro de la pareja une la boca al sexo del otro. Es una gozadera oral.

8.- El Ladrillito: cuando la mujer es pequeñita y su pareja es muy alta, se suele echar mano a un par de ladrillos, bloques de concreto, tablón, escalón u otro objeto que empareje la situación. El cubano suele decir mucho que “en la cama la cosa se arregla”, pero la frase no aplica para cuando se hace de pie.

9.- El Cartucho o la Cebolla: suele sucederle a los hombres que no están muy complacidos con el físico de una pareja. Entonces, para que la cosa fluya mejor, es necesario cubrirle el rostro o bien con el vestido, un cartucho o algo parecido.

10.- El Palo del Gallo: horarios de estudio o trabajo, responsabilidades y reuniones hacen que el acto amatorio haya que hacerlo rápido, de ahí que se asemeje al tiempo de duración que emplea un gallo para cubrir a una gallina. Las cubiches suelen usar esta frase cuando van a “rajar” de alguien que fue rapidísimo durante la cópula. “Fulanito es tremendo palo de gallo”.

Ni Flor de Loto, ni el Misionero, Barco de Vela ni La Cascada, los cubanos tienen sus propios nombres para designar la una y mil variantes del encuentro físico hombre-mujer.

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