Para Anita
No tengo nada
nada sino la hierba húmeda bajo mis pies desnudos
nada sino el aliento fresco de la noche
sobre mis mejillas
nada sino esa fogata
en la que caliento mis manos
nada sino el canto de las cigarras
nada sino el crepitar de ramas secas en el fuego
nada sino el guiño cómplice y distante
de aquella estrella
acaso ya apagada
cuyo último destello ha viajado millones de años
para llegar esta noche
hasta mi.
* un poema de Luis Rogelio Nogueras