“Universo lúdico”, “procesión”
 o “ipso facto” fueron tres expresiones o anécdotas que recuerdo en mis tiempos de periodista en #Cuba. La primera causó un señalamiento del colega Orestes González-Casanova, corresponsal nacional del Sistema Informativo de la Televisión en #Camaguey, sobre un reportaje que hice sobre cierto círculo infantil de #Vertientes, mi pueblo.

“Todo estuvo muy bien, menos esa frasecita”, díjome Orestes en buena onda, cuando ya los reporteros de televisoras comunitarias comenzábamos aquel diarismo audiovisual.

Con la segunda fue un poco sorpresivo. Acababa de salir al aire una nota en el Noticiero Provincial de Radio Cadena Agramonte y el entonces jefe de información, economista de profesión, me hizo una llamada a la casa con una interrogante inicial: “Luis Enrique, ¿tú eres católico, no?”.

“Sí”, le respondí a mi superior, quien me regañó por emplear la palabra que, según él, era una clara referencia o guiño a la religión.

“Es que yo traté de buscar un sinónimo de peregrinación allá por el cuarto párrafo y no se me ocurrió otro mejor”, le refuté a Pablo, quien mantuvo su determinación de que no apelara a estos términos en ninguna otra cuartilla radial, so pena de amonestación o medida disciplinaria.

Con la expresión latina fue todo más divertido. Resulta que me tocaba entrar en vivo en Camagüey al Día, una revista informativa matinal, y el que estaba al frente del magazine era Pedro Emiliano Paneque Ruiz, avezado periodista de mil batallas y contiendas azucareras, que hacía las veces de director de programa.

“Voy a hablar de deporte. Entro con una crónica del juego de béisbol. Resérvame para el segmento de las 6:35 am”. Entonces Paneque me anotó en su libretica y cuando fue mi turno dije de corrido mi información donde narraba lo acontecido en el estadio municipal de #Vertientes.

En cierta parte decía que el pitcher fue sustituido, pero no dije los lugares comunes tipo “se fue a las duchas”, “se fue cabizbajo” o “le aplicaron la grúa”. No. Se me ocurrió apelar al latinismo, decía algo así como que “el manager lo sacó del montículo ´ipso facto´”.

Cuando uno reporta en vivo, vía telefónica, el director suele hacerte algunas observaciones al cierre, comentarte si el audio del entrevistado estuvo bien, si debiste hacer gárgaras en la mañana para que tu voz se oyese mejor por el éter, si puteaste innecesariamente con la locutora de turno, si respetaste los tiempos periodísticos y bla bla bla.

Pero Paneque, jodedor a más no poder, solo tuvo aquella mañana un comentario jocoso y espontáneo: “¡Qué maricón te quedó el ´ipso facto´ ese!”

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