Barack Obama a Cuba: “Es hora ya de olvidarnos del pasado”
Fidel Castro: “Se supone que cada uno de nosotros corría el riesgo de un infarto al escuchar estas palabras del Presidente de Estados Unidos”.
Cardenal Jaime Ortega: “Entre los países, entre nosotros hace falta el perdón, ¿por qué? Porque la historia no se olvida fácilmente, hay agravios que no se olvidan, no se pasa una página fácilmente, porque hay que perdonar agravios”
Chino Chan (opinión en Cubadebate) “Gracias Fidel, que falta nos hacia leerte Y complementar nuestro discernimiento con tu avisado raciocinio!” (SIC)
Manolín, el médico de la salsa: “Esta vida sigue su curso. El pasado es importante, pero nunca más importante que el presente y el futuro.”
……Y Mario Benedetti, sobre olvido y pasado, tiene estos dos poemas:
RENCOR MI VIEJO RENCOR
Cuando los japoneses adquirieron
el rockefeller center
ellos que tienen geishas y la sony
y samurais y teatro no
y kamikazes y kurosawa
y matsuo basho y panasonic
y aprenden flamenco por computadora
y pueden cantar tangos sin entender palabra
cuando los japoneses adquirieron
el rockefeller center
supe que por fin había empezado
la sutilísima
la dulce venganza de hiroshima
ESE GRAN SIMULACRO
Cada vez que nos dan clases de amnesia
como si nunca hubieran existido
los combustibles ojos del alma
o los labios de la pena huérfana
cada vez que nos dan clases de amnesia
y nos conminan a borrar
la ebriedad del sufrimiento
me convenzo de que mi región
no es la farándula de otros
en mi región hay calvarios de ausencia
muñones de porvenir/arrabales de duelo
pero también candores de mosqueta
pianos que arrancan lágrimas
cadáveres que miran aún desde sus huertos
nostalgias inmóviles en un pozo de otoño
sentimientos insoportablemente actuales
que se niegan a morir allá en lo oscuro
el olvido está tan lleno de memoria
que a veces no caben las remembranzas
y hay que tirar rencores por la borda
en el fondo el olvido es un gran simulacro
nadie sabe ni puede/ aunque quiera/ olvidar
un gran simulacro repleto de fantasmas
esos romeros que peregrinaran por el olvido
como si fuese El Camino de Santiago
el día o la noche en que el olvido estalle
salte en pedazos o crepite/
los recuerdos atroces y los de maravilla
quebrará los barrotes de fuego
arrastrarán por fin la verdad por el mundo
y esa verdad será que no hay olvido.