Tomado del periódico Granma
…¿Por fin cómo es? ¿Con una o con dos enes? ¿Beny o Benny? El pasado lunes comentábamos en una nota la foto que registró la marquesina de un teatro en Los Ángeles donde el mítico cantor cubano se presentó en 1958.
Vista hace fe. Búsquense los discos anteriores a esa fecha para que se tenga testimonio de la única ene en su nombre artístico, adoptado en México a sugerencia de Rafael Cueto, el de los Matamoros, quien le dijo entonces: “Recuerda que aquí le dicen Bartolo a los burros.
Quédate, pero cámbiate el nombre”, a lo cual él respondió: “Desde hoy, me llamaré Beny, Beny Moré”.
Alguien alguna vez recordó cómo, hacia 1960, el inefable Orlando Contreras solía dividir a los amantes de la música en dos bandos: los que escribían bien Beny con una ene y los que escribían mal Benny con dos. Humor corrosivo el del bolerista, ¿verdad?
El propio cantor, a la hora de firmar autógrafos, optó siempre por la ene solitaria, cuestión confirmada a este redactor por el eminente musicólogo y poeta Helio Orovio, quien comentó al respecto:
“Al grabar con el sello Discuba a fines de 1958 comenzaron a aparecer las dos ene en su nombre y tú sabes lo que es la fuerza de la costumbre. Incluso en la muy completa discografía de Cristóbal Díaz Ayala, el gran musicógrafo enmienda el nombre a lo norteamericano quizás por una cuestión de estilo”.
A fin de cuentas todo esto es pecatta minutta. Con una o dos ene, Moré es un gigante que sobrepasa el tiempo.