“Y bajo el humo Reeve tocó la pieza con la punta de su machete, diciendo: ¡Está tomada!, al tiempo que un artillero español le disparó su carabina a quemarropa, hiriéndolo gravemente”. (Ramón Roa)

El almuerzo-merienda no estuvo mal: “Háganos una minuta de pescado que venir de tan lejos a comer cerdo le zumba el mango”, le dijimos Eliecer y yo a las gastronómicas de la cafetería “Las Brisas” y nos sentamos a esperar.

Ya habíamos engullido unos panes con jamón y refresco de limón, pero esperábamos la fritada santacruceña, mientras William nos reseñaba la historia de un cañón apostado bien cerca de nosotros, símbolo del “Combate de Santa Cruz”, acontecido el 28 de septiembre de 1873.

“El norteamericano Henry Reeve, cuando se enfrentaba a un cañón español que provocaba estragos a la caballería mambisa, recibió heridas graves en una pierna, por lo que lo trasladaron al hospital de sangre de Ciego de Najasa”. Así se sintetizaba la leyenda y Willian hizo que me entrevistase con Emilio Fonseca, historiador de aquel municipio.

Fonseca me comentó que eran tres cañones, dos de ellos inutilizados y que por testimonios de familias y pobladores, se sabe que el cañón que está ahora cerca del lugar donde estuvimos no fue el original, e incluso que estuvo ubicado unos doscientos metros más al este o que fue tirado al mar.  

¿De dónde proviene este pedazo de historia?, le pregunto a Fonseca.

“El combate de Santa Cruz tenía tres direcciones. El ataque principal lo protagonizaría la infantería villareña por el extremo oeste, donde estaban el almacén con municiones y armamento. Por orden de Máximo Gómez se harían dos maniobras de distracción, una por el este y por el extremo oeste Reeve y la caballería”

Las referencias de que a Enrique le dispara un cañón no son ciertas, ¿verdad?

“Hay algunas inexactitudes en lo que se ha escrito. Los infantes que iban por el este disparaban para distraer a los españoles y el propósito de Henry Reeve es atacar el fuerte El Monitor. Es improbable que un cañón enemigo le dispare y siga con vida, por eso se presume que fue un artillero. El coronel Ramón Roa refiere que fue un carabinero español que lo hirió gravemente”

Pero ¿y la historia del cañón?

“El cañón era del ejército enemigo y Henry Reeve lo tomó. El que está ubicado en la playa simboliza la hazaña de los mambises camagüeyanos guiados por Enrique el Americano o “El inglesito” como le llamaban, nombrado por Gómez jefe de la caballería de la primera división y muerto tres años después de esta historia santacruceña.”

Lea además: Combate de Santa Cruz del Sur, en http://www.radiosantacruz.co.cu/seccion/santa-cruz-sur/589-combate-santa-cruz-sur.htm
 

“¡Ya están las minutas!”, nos voceó desde lejos una de las mujeres de la cafetería y fuimos a devorar aquel manjar, con la satisfacción de que tendríamos, quizá más adelante, una nueva empresa audiovisual en Santa Cruz del Sur: el paso de Enrique el Americano, aquel “joven fogoso legionario de la libertad”,  por estas tierras del Camagüey.

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