Dos encargos dejó el vertientino Felipe Poll Rodríguez antes de morir, uno de ellos que este periodista diera la noticia de su partida al camposanto.
La encomienda llegó a solo unos días de conmemorar el Día de la Prensa Cubana en homenaje al periódico Patria y su fundador José Martí.
Conste que casi todos los días me toca hacer, como dice el colega Cedeño, de “consejero, confesor, bibliotecario, maestro, siquiatra, historiador”, de alcalde o delegado de circunscripción.
“Hoy mi abuelito cumple 101 años… por qué no escribes del arroz que se pierde en los campos de Vertientes… Talía si es una tremenda periodista.. explícame por qué esto, por qué aquello otro…”
Pero que alguien, minutos antes de morir, me pida expresamente que informe la noticia de su fallecimiento por la radio sobrecoge notablemente.
Felipe Antonio Poll Rodríguez, “Tito”, quizá no merezca –solo a los ojos de ciertos jefes de información- una nota necrológica como esta. El solo era un hijo de haitiano, un vertientino de a pie que iba a las movilizaciones de siembra de caña, un internacionalista de la República Popular de Angola que murió a las 03:00 de esta madrugada.
Hace unos días, cuando el cáncer se lo comía en su cama en el reparto La Cubana, lloró desconsoladamente cuando lo saludé en vivo por CMHV, Radio Vertientes, y escuchó en mi voz la crónica “Do, sol y re en el centro de la tumba”, en memoria de Benny Moré, otro negro jodedor que, como él, le fue de lleno al ron y a las hembras.
Tito me hizo llorar y escribir esta mañana. Él dejó solo dos encomiendas: que lo enterraran con una botella de ron y que este periodista transmitiera la noticia de su muerte por la emisora comunitaria.
Así se hizo.
ESCUCHE: Versión de esta crónica publicada en CMHV, Radio Vertientes (incluye tema musical y segmento facilitación social)
si pudiera le diera dos vces y hasta tres me gusta. Muy conmovedora , sensacional nota que no se debería llamr necrológica. siento tu pérdida.