Tomado de http://barcelona-home.com
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Esto que escribo me lo contó una “observadora participante”. Dice que todo se paralizaba en la policlínica comunitaria “Mario Muñoz Monroy” de Vertientes cuando venía el “mediquito” de Manantiales, aquel batey apartado de la geografía.

A veces lo acorralaban y era Marisela, la enfermera, quien solía ir al directo: “Mijito, mira que tú estás bueno”. El muchacho, que no llegaba ni a los treinta, casi que temblaba en medio de tanta concupiscencia femenina.

Farmacia, Admisión, Central Estéril, Enfermeras y todas las de Cirugía Menor se congregaban. Había incluso una extensión telefónica por donde avisar, aunque a viva voz solía ser más divertido. Algunos hombres se les notaba el asombro y la envidia.

Dicen que todo era un caos en aquel centro de salud de Vertientes cuando alguna de bata blanca decía, casi gritaba: “Ahí llegó”.

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