No sé mucho de ese señor, pero tenía propiedades en Vertientes antes de 1959.
Quizá la más conocida es una tienda de ropa ubicada en línea y sexta que hoy lleva el nombre de Oasis Moda, pero todos le llaman “la tienda de Panchito Pérez”.
Dicen que este hombre alto y un poco grueso, solía estar siempre frente su establecimiento y que un día se deshizo de un viejo refrigerador de 110 volt, marca Hot Point, que fue a parar a las manos de Augusto Sarmiento.
Sarmiento le entregó trescientos pesos. Por aquella fecha puede considerarse una buena suma, pero el recién casado, dueño de una carnicería y una finca, quiso regalárselo a su esposa, Ana Luisa Corona.
Lo curioso de la historia es que esta nevera de fabricación norteamericana sobrevivió al paso del tiempo. Augusto y Ana cumplirían 62 años de matrimonio en 2012 y ya la tenían desde hacía tiempo.
Hoy día, muy cerca del Hot Point, en una habitación contigua, hay un Haier chino, blanquiiiiiito, que fue entregado como parte de la llamada “Revolución Energética”.
El de Panchito, a sus más de seis décadas, gana el pulso en la batalla cotidiana de la congelación. Sus dueños dicen que ronronea un poco, pero no lo cambian por ninguno.
Atractivo texto, de cosas sencillas pero, dicho de una manera eficaz.