Foto: Aileen Infante Vigil-Escalera (Caimán Barbudo)
Foto: Aileen Infante Vigil-Escalera (Caimán Barbudo)

Cada día, a la hora que mataron a Lola, Grice aparta una colada de café y espera en casa a dos de sus hermanas. Landi, su esposo, se balancea en la terraza mientras hojea, casi de corrido, las ocho páginas del periódico de circulación nacional.

Poco a poco se van incorporando Ana, experta en el tema, y Maritza, la bodeguera, que abre a las 3:40 pm. Yiya, la hija de Grice, y los vecinos o parientes de confianza pueden incorporarse al ritual, que tiene diversas versiones en cada familia cubana.

Ya está puesta la cafetera. Maritza cuenta un sueño que tuvo su vecina Rosa, Ana empieza a revisar detenidamente una libreta con apuntes y la Grice va mascullando, desde la cocina, los números que le parecen buenos para hoy.

El ochenta y nueve no ha salido hace rato”, dice mientras friega unas tacitas de barro y Ana, que es una especie estadística familiar, pasa página pero no con la misma prisa que hace su compadre Landi.

Héctor, recién llegado del campo, decide buscar un taladro y le invitan al café. “Dime un número, Hecti”, le pregunta Ana mientras bebe un sorbo de la droga nacional. El guajiro le propone el 15, piedra fina, y Ana asiente “me gusta, pero ya ese salió el día de la Caridad del Cobre.”

El encuentro deviene tertulia y afloran chismes de barrio, partes médicos, informes de visas, rebajas de TRD y cuestiones del acontecer nacional. Pero ninguno de los convocados se aparta del tema y el objetivo fundamental: elegir uno, dos o tres números para ganar el juego prohibido.

En Cuba la gente de a pie le conoce como el juego de “la bolita”, un pasatiempo que, de 1959 a nuestros días, pasó a formar parte de los divertimentos prohibidos y que tiene su antecedente en la llamada “lotería nacional.”

Incluso, se dice que el programa radial “La Tremenda Corte”, utilizaba muchas bromas a base de los números y las asignaciones de estos en la bolita, una de las tantas razones para sacarlo de la programación radial.

Al juego se le conoce también por la charada y, además de un seguimiento minucioso de cada día, importan mucho la suerte y las revelaciones en sueños que tienen los jugadores, cuestiones del azar y de la vida cotidiana.

Hay quien se tropieza con una araña o un alacrán, una chapa de un auto, un mensaje cifrado o una cábala y se aventura en jugarlo (números del 1 al 100 asociados con objetos, personas o animales). A veces llega la suerte.

En este divertimento nacional que lo mismo se juega en Buey Arriba, Placetas o Marianao, intervienen un bolitero o banco que es quien posee el capital para tamaña inversión, el apuntador o listero y los millones de cubanos que se aventuran cada día.

Nuestra historia termina en que la familia de Grice y Landi, las hermanas, Ana y la bodeguera -que ya debe irse a abrir el establecimiento-, acuerdan jugar uno o varios números. Le ponen un peso y si sale son 70 cañas, 100 equivale a 700 y así. Cuando es un numerito bueno, aflojan un billete de a diez e incluso mucho mas.

Sobre las 3:30 pasa Romelio en una bicicleta, pregunta si queda café y ¡claro! Le guardaron un poquito. Romelio se apea, anota en una pequeña libreta y deja un “comprobante” al jugador, quien le tiene sobrada confianza.

Entonces Ana, Maritza, Landi, Grice y sus dos hermanas esperan que Romelio regrese al anochecer. Sobre las 8:00 pm ya se conoce el resultado, una emisora de Venezuela o Miami dan a conocer los números ganadores, y el cubano de a pie escucha con un radio VEF ruso.

Pero Romelio casi nunca regresa. Por suerte hay mucho café y sobradas ganas para repetir el ritual.

 

1.       Caballo

2.       Mariposa, dinero

3.       Marinero, niño chiquito

4.       Gato, diente

5.       Monja, mar

6.       Jicotea

7.       Caracol

8.       Muerto

9.       Elefante, lengua

10.      Pescado grande

11.      Gallo

12.      Ramera

13.      Pavo real

14.      Cementerio, Tigre (Gato tigre)

15.      Perro, niña bonita

16.      Toro

17.      Luna, San Lázaro

18.      Pescado chico

19.      Lombriz, bandera

20.      Gato fino, tibor

21.      Majá, dinero

22.      Sapo

23.      Vapor

24.      Paloma

25.      Piedra fina, casa nueva

26.      Anguila, médico nuevo

27.      Avispa

28.      Chivo

29.      Ratón

30.      Camarón, pinga

31.      Venado, zapato

32.      Cochino

33.      Tiñosa

34.      Mono

35.      Araña

36.      Cachimba

37.      Bruja, gallina prieta, hormiga

38.      Macao, dinero

39.      Conejo, culebra

40.      Cura, sangre

41.      Lagartija

42.      Pato, pais lejano

43.      Alacran

44.      Año del cuervo

45.      Tiburón, presidente

46.      Guagua, humo

47.      Pájaro

48.      Cucaracha, abanico

49.      Borracho

50.      Policía, agua

51.      Soldado

52.      Bicicleta

53.      Luz eléctrica, beso

54.      Flores

55.      Cangrejo, murciélago

56.      Merengue, reina, camisa

57.      Cama, telegrama, puñalada

58.      Retrato, cuchillo, adulterio

59.      Loco

60.      Payaso, huevo

61.      Caballo grande, arroz

62.      Matrimonio

63.      Asesino

64.      Muerto grande

65.      Cárcel, comida

66.      Tarro, pareja de yeguas

67.      Puñalada

68.      Cementerio

69.      Pozo

70.      Coco

71.      Rio

72.      Buey, jicotea, collar

73.      Maleta

74.      Papalote, militar

75.      Corbata, guitarra

76.      Bailarina

77.      Bandera italiana, muletas de San Lázaro

78.      Obispo, sarcofago

79.      Tren de carga, lagarto

80.      Medico viejo, desesperado

81.      Teatro

82.      Madre

83.      Tragedia

84.      Sangre, banquero

85.      Madrid, Espejo, reloj

86.      Tijeras, manguera

87.      Platano

88.      Espejuelos, gusano

89.      Mucha agua, casa vieja

90.      Viejo

91.      Alpargata, comunista

92.      Puerco grande, avion, globo

93.      Sortija

94.      Machete, Habana

95.      Guerra

96.      Zapato, puta vieja

97.      Mosquito, grillo

98.      Piano

99.      Serrucho, gallo, carbonero

100.     Inodoro, automóvil

 

 

 

2 thoughts on “De cómo una familia cubana espera/juega el número de la bolita”
  1. Creo que nunca terminaré de entender qué es un parle o un candado, pero puedo decir que entre esas cosas de la buena suerte, pude ganar 30 dólares dólares la bolita!
    Gracias por compartir esas cosas de ritual que tiene algo que ya es cotidiano! (Ah y por supuesto lo que representa cada número, que entre los jugadores, parece no siempre haber acuerdo!). Saludos!

    1. En verdad es una suerte esto de la bolita. Yo nunca me gané nada, pero hay todo un ritual para los que juegan. Esta historia es totalmente real, aderezada con elementos de ficción. Gracias por su comentario.

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