Escrito por Indira López, estudiante de periodismo

LA PRIMERA IMPRESIÓN.

Luego de un fin de semana de insomnio por el esperado San Juan camagüeyano arribamos el lunes a Vertientes, donde fueron diversas las sorpresas.

La 1era: no tener definido el local donde alojarnos, almorzar y comer.

La 2da: nuestra reacción al llegar al Telecentro, ese “espacioso y cómodo” sitio.

La palabra de orden ese día fue: ATERRICEN y qué decir de la consigna: “Bienvenidos a Vertientes” al preguntar si contábamos con maquillista y vestuario para salir en cámara.

También fue un duro golpe para nosotras saber que compartiríamos nuestro lugar de residencia con 7 hombres. Tampoco podremos olvidar de ese primer gran día el clima “tan fresco” de esa noche y los “pocos mosquitos”.

“DETALLES” DEL OFICIO.

Al término de una noche intensa, de un duro combate con el calor y los mosquitos nos dispusimos a “comernos el mundo” en nuestros primeros trabajos periodísticos.

Siempre he sabido que el entrevistado tiene diversas características, pero jamás imaginé que llegara a tornarse amenazante al decir: “si no vienen el día que les dije no vengan pa acá a más na” hasta que conocí a alguien, por lo que Deneb tuvo que hacer de tripas corazón.

Yenni fue al Partido en busca de una reunión de la recuperación cañera y  terminó envuelta en una asamblea de secretarios generales.

En mi caso, mis colegas del Banco de semillas casi que no me hicieron esperar.

Ese día, por suerte tuvimos comida, por lo que nuestros corazones se alegraron un poco.

PARA ANTÓN… EN CHARANGÓN.

Antón es un pequeño poblado rural perteneciente a Vertientes donde existe un camino en mal estado que dificulta el tránsito de sus pobladores. Por eso decidimos ir el miércoles para hacer un reportaje al respecto.

 Nos levantamos a las 4.00 AM con tremendo corre corre pues a las 5.00 AM saldría el tren destino Antón.

Al llegar a la Terminal con el profe y su inseparable camarada Jorgito esperamos el vehículo. ¡Y qué vehículo!

Para Yenni fue la primera experiencia en tren, para los demás de cierto modo también, pues jamás abordamos uno donde confluyeran tanta variedad de olores y especies de animales.

Allí lo mismo se puede encontrar un pez, un cerdo o un gallo. Podríamos definirlo como “un zoológico ambulante”.

Al concluir esta experiencia en tren aterrizamos en Antón. Al hacerlo no solo los pobladores antoneros nos recibieron, los mosquitos también.

Como nuestra meta era investigar en torno al camino de Antón pusimos las manos a la obra  por qué no los pies en el fango.

Los charangones son los medios de transporte consistentes en un tractor con una careta atrás que utilizan allí para trasladarse. Después de familiarizarnos con los charangones, nos fuimos para una escuelita a conversar con los niños.

Esa fue una experiencia inolvidable al conocer los sacrificios de esos pequeños hasta de caminar varios Km para asistir a clases.

Posteriormente debutamos en un charangón y cual si fuera el autobús mágico decidimos pasar la aterradora experiencia de conocer el camino.

Tras ese pequeño susto fuimos a almorzar. Allí por vez primera di a conocer ante la tropa mi escondida faceta de “comelona”, eso sí, todo por el Plan “Ponte Buena”. Luego tomamos mucho batido, comimos guayaba, y seguí enfrascada en mi plan, dormimos la siesta hasta la hora de partir, gracias a las bondades de Yusmany el corresponsal de Antón quien nos brindara su modesta guarida.

Hasta la idea de darnos un chapuzón en el río asomó por ahí. Cómo olvidar nuestro bautizo en el Parque Infantil, donde Yenni y yo recordamos nuestra infancia y optamos por montar mucho columpio y cachumbambé.

Es de esperar que tras terminar este extenuante recorrido  la idea ha de ser descansar. Pero en nuestro caso no fue así. A las 9.00PM, como por arte de magia no sé en qué cabecita cupo la idea de irnos para el Carnaval de Camagüey, a 26 Km de Vertientes. Inmediatamente salimos en un carro a hacer gala de nuestros encantos femeninos. Realmente nunca pensé que Deneb tuviera esos formidables dotes actorales hasta ese gran debut que hizo durante el trayecto hacia Camagüey.

UN DÍA DE MUCHO AJETREO.

Temprano en la mañana llegamos a Vertientes tras carnavalear. Rápidamente partimos para el Politécnico a hacer un trabajo, donde Yenni hizo locución por vez primera. De ahí continuamos para el Banco de semillas. Ese fue un día de mucho calor, sol y agotamiento.

A ARMAR EL MUÑECO…

El viernes lo dedicamos a editar los trabajos con el camarada Jorgito. Luego partimos hacia nuestras casas, con el recuerdo de esa primera semana de Prácticas en Vertientes y con la certeza de que aún restarían dos semanas de locuras y peripecias.

TODO LO QUE EMPIEZA, TERMINA…

Así, transcurrieron una y otra semanas de Prácticas en Vertientes. Jornadas de peripecias, enseñanzas y muchas ganas de hacer periodismo.

Realmente, gracias a nuestra estancia en esta Corresponsalía de Televisión comunitaria pudimos foguearnos con el ritmo que implica trabajar en un lugar con estas características, además de corroborar que es en la práctica donde en verdad nos ponemos a prueba de fuego.

Las múltiples enseñanzas de nuestro tutor Luis Enrique Perdomo Silva y de su camarada Jorge Luis Suárez Molina jamás las olvidaremos. No solo tendremos en cuenta sus consejos en la locución, edición, conformación de géneros periodísticos y todo lo que implica la carrera, también recordaremos esta etapa cuando escuchemos hablar del tren de Santa Cruz o del camino de Antón, o sencillamente cuando veamos un reporte desde Vertientes.

 

One thought on “Crónica de unas Prácticas descabelladas.”
  1. Muy buen trabajo. Felicidades… a muchos nos han pasado historias parecidas, sobre todo cuando estábamos en los 2 primeros años de la carrera, luego aprendimos y nos “espabilamos”.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *