Foto: encuentroshot.com
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* publicado originalmente en Cubanos Gurú

Nombrar el acto sexual ha pasado por diferentes etapas en la historia de la humanidad. En cada país, como dicen los cubanos, hay “pila, burujón, puñao” de definiciones, unas más interesantes, metafóricas y vulgares que otras.

El blog Your Tango repasa varias regiones del mundo: en Albania se dice “arar la tierra”, en Rusia “acariciar al mono”, en Suecia “aparcar el autobús”, en Alemania “limpiar la zanahoria” y la expresión india “kaam ho gaya”, se traduce como “el trabajo ha sido completado”.

Los mexicanos pudieran hacer un tratado de combinaciones relacionadas con la cópula. Ahí están las expresiones “meterle el muñequito a la rosca”, “chequear el aceite”, “ponerle carnita al tamal”, “despeinar la cotorra”, “mojar la brocha” o “arreglarte el enchufe”, entre otros de una extensa lista.

El diccionario Greens Dictionary of Slang, del lexicógrafo inglés Jonathon Green, asegura que la humanidad entera ha empleado su inventiva en la sexualidad más que en ningún otro tema.

En ese volumen podemos encontrar mucha variedad. Desde “Put the devil into hell” (poner al diablo en el infierno), “Joining paunches” (reunir panzas), Make feet for children stockings (hacer pies para calcetines de niños) o la muy ocurrente Horizontal refreshment (Refresco horizontal).

 ¡Kimba pa que suene!

En Cuba, desde pequeños, ya estamos disfrazando el término. Lo mismo vamos a “jugar al papá y a la mamá” o a “las casitas”, “hacer cositas malas”, “ñaca ñaca” y “cuchicuchi” para nombrar eso que no se podía decir ante los adultos.

Me atrevo a asegurar que “acostarse”, el antiquísimo “singar” e incluso “templar” no son denominaciones necesariamente vulgares, más bien naturales de nuestro país. Si los españoles “follan” y los argentinos “cogen” por qué nosotros no podemos “echar un palo”, por citar un ejemplo.

De igual forma “clavar”, “revolcarse”, “dar cabilla”, “quimbar”, “descargar” y “matar jugada”, que si bien resultan más vulgares al oído, son propias de la modernidad y la riqueza del vocabulario. Todo depende de la forma y el contexto en que se utilicen.

En el diccionario moderno y criollísimo de acepciones cubanas para decir “hacer el amor”, no vas a encontrar ni “tirar”, “culear”, “mojar” ni el bíblico “fornicar”. A lo mejor sí “echar un rapidito” (viene de  quickly, que significa rápido en inglés) o un “mañanero”, tan saludable y agradable para iniciar el día.

En Chile: “botar el diente de leche”, en Puerto Rico: “hundir pelos”, en Colombia: “matar la arrechera”, en República Dominicana: “raspar” y en Cuba, “meter el yipe en el fango”. Así de rico es el sexo, quise decir…..el lenguaje.

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