
Tras unos días de sexo deshinibido, brutal y descojonante con dos guaricandillas de la llamada “blogosfera cubana”, el periodista István Ojeda Bello partió de su natal Las Tunas con rumbo desconocido.
Lo hizo en un bote de remo sin timonel, minutos antes de que hubiese retuiteado “#TodosMarchamos en #Cuba” un texto con marcada tendencia polisémica, recurso muy común en sus artículos de la bitácora Cuba Izquierda.
“Al parecer fue muy impresionante el Ménage à trois que vivió con esas dos muchachitas”, dijo vía telefónica el importante escritor matancero Arnaldo Mirabal Hernandez, alias Nardy, ferviente detractor de las dos susodichas.
Hablamos de Maria Antonieta Colunga y Marian Velázquez, porristas, escritoras menores y ex jugadoras del Chambas FC, que sedujeron a Ojeda en una noche tormentosa. Luego postearon en las redes sociales, sin el menor recato, imágenes de aquel desparpajo.
Alba León Infante, testigo del incidente y que también aparece en las instantáneas, dijo que fue la autora de la mayoría de las fotos pero solo se limitó a mirar, que ella simplemente no le descarga a los pasteles y que si hablan de tríos mejor “Los Panchos” o “Los Ángeles.”

Lo cierto es que Ojeda no se repuso de tal experiencia y decidió huir de su provincia oriental, alegando delirium tremens, insomnio y dificultades para respirar.
“Si mi pequeña llega a preguntarme lo que sucedió, ¿qué le digo?, ¿cómo quedo yo?”, declaró minutos antes de firmar su baja del rotativo tunero 26 y subirse a la embarcación que lo llevaría a rumbo desconocido.
Raúl del Pino Salfrán, desde Canadá, aseguró que ya está rumiando una de sus reflexiones, en el ánimo de denunciar este suceso lujurioso, vergüenza para la llamada “Guerrilla” de blogueros.
Una de las cazadoras, la Velázquez (odia que le llamen “la escueta”), se jactó de la orgía tunera y escribió, para desviar la atención de la opinión púdica, “Aquí reportando desde casa de István… la Tunie y Albita rotas en la cama (dormilonas que son) y yo subiendo las fotos.”
Minutos después se dichavó totalmente cuando dedicó un poema de un tal Jaramillo al propio Ojeda y escribió la siguiente confesión:
“Difiero (no soy perfecta) con su apoyo a los moralistas… me decanto por los inmorales”
Al cierre de esta nota, se desconocía el paradero de Ojeda y su estado de salud (mental).
interesante tu comentario, Kike … tú en el clavo dando siempre Amigo mío
Envidioso 😛