Caminamos por la Habana Vieja y nos tropezamos con este recogedor de basura. La gente de a pie suele ser muy atractiva a mis ojos.
Mientras Mónica apretaba el obturador, este señor me dijo que conocía Camagüey y que en Vertientes estuvo sembrando caña por allá por Jagüey. “Ustedes con muy chéveres”.
Bartolo es su nombre, lo dijo antes de marcharse con el carromato. Yo recordé a Benny Moré que se cambió el nombre en México porque así le decían a los burros y que dobló el lomo en mi pueblo hasta que le dijo a su compadre que se iba para la capital.
“Me levanto o me hago tierra pero a Vertientes no vuelvo”, dice Enrique Benítez, “El Conde Negro”, que así le juró después de hacer sopa en bares del pueblo, cortar caña en la colonia y ser carretillero suplente en el piso de azúcar del central. También a Virginia, su Madre para que no tuviera que seguir lavando y planchando ropa en el Hotel Ritz.
Quizá el Bartolo de la foto tuvo otras motivaciones o tal vez pensó lo mismo que su tocayo y decidió partir con su escoba a otra parte.
Ay! qué gracioso escrito de Bartolo!