En la esquina de la heladería Coppelia, en la ciudad de La Habana, una mujer detuvo al escritor y periodista cubano Enrique Nuñez Rodríguez y de repente dijo “déjeme besar esas manos que me hacen reír. Con tantos problemas que hay en la vida Usted me hace reír”
A la distancia del tiempo, me pregunto: ¿a quién besarle las manos hoy día?