para L y D, queridísimos

“¿Con quién la hago hoy, mi amor?”, preguntó ella desde la cocina mientras él contemplaba a Dianik Flores en el segmento cultural del noticiero.

La semana pasada les había ido muy bien con Paz Vega y Penélope Cruz, así que el optó por Charlize Theron, pues Beatriz Valdés ya estaba un poco pasadita y Angelina se iba a creer cosas.

Entonces ella batió el mejunje cuánto pudo, agregó cebollas y platanitos maduros fritos, ajo a gusto, aceite, sal y un poco de queso blanco traído desde Vertientes. Se esmeró.

La frase “¡me quedó genial, papi!”, no llevó -como siempre- ninguna dosis de interrogación, pero sí un trozo del alimento en tenedor de plata para que el jefe de núcleo corroborara, desde la butaca, las dotes de su mujer, “enrollada” esta vez con una rubia sudafricana.

Al día siguiente, no comieron lo mismo. El picadillo de soya comprado en la bodega no se prestaba para tríos imaginarios.

No obstante, mientras cenaban y conversaban gustosamente, sonreían cómplices con la certeza de que muy pronto se repetiría aquella receta, hecha a base de huevos y muy recurrente en los hogares cubanos.

En los próximos días estarían en turno la Kournikova, Olivia Wilde o Ania Bu. Dianik seguía en remojo.

Con estos “condimentos” y una pizca de imaginación la buena tortilla estaba garantizada.

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