Cuarenta y tres años lleva el vertientino Eloy Fontes como proyeccionista de películas en formato de 35 milímetros.
Comenzó en un cine móvil, en momentos que no había luz eléctrica en todas partes. Me dijo que los niños lloraban, reían, no sabían de qué se trataba hasta que llegaba el momento y se emocionaban con los dibujos animados en la pantalla grande.
Lo conocí en medio de la proyección del filme “El Abombado”, luego de ¡dos años! de inactividad en la sala de proyección municipal.
Aunque no quiso afirmarlo, sé que esta inercia responde a la falta de atractivo de los envíos desde provincia, la insuficiente gestión de sus colegas o el apego a otros soportes y formatos de la era moderna.
“Yo creo que si traen películas interesantes, el cine se va a llenar, como sucedió hace mucho tiempo con ´El hombre de Maisinicú´ y ´La vida sigue igual´ y otras modernas como ´Fresa y Chocolate´ o ´El Benny´”, me aseguró.
Eloy se siente feliz, le pasa el trapito a los proyectores de procedencia soviética y no quiere separarse de ellos, artefactos cuyo consumo de electricidad ronda los 13 kilowatt en cada jornada.
De allí que, por los imperativos del ahorro, este vertientino tenga que subir al segundo piso del cine Titón solo dos veces por semana.
El resto de los días demuestra que está lo suficientemente alfabetizado para manejar un control remoto, reproducir otros filmes quizá más taquilleros en una pantalla mucho más pequeña y que permanece conectada a un moderno artefacto que sus nietos llaman cariñosamente “Dí Ví Dí”.
Muy buena la cronica sobre Eloy Fonte,que contento uno se ponia cuando llegaba a la escuela el cine movil,como hemos evolucionado,ahora en todas las escuelas hay equipo de video,donde los alumnos pueden estudiar y ver la ultima pelicula en pantalla.
Nada mata Luis la magia de la sala oscura… nadie puede acabar con eso, con ese momento tan lleno de poesía como el instante en que se apaga a la luz y comienza a tejerse la historia… que pena que lo vayamos perdiendo. que pena en verdad…. Aunque reconforta saber que hay quien ama y sueña aun desde viejos proyectores soviéticos….Reinier