
Son dos que se encontraron de repente
al mirarse, se unen sus senderos;
son dos que se inspeccionan, agoreros
se prometen el cielo mutuamente.
Dos que son la pareja consecuente
para seguir de amor los derroteros
dar sentido a la noche y los luceros
de un mundo que parece estar ausente.
Son dos que se juntaron tanto para
el presente, el futuro que es amargo
saber que viene un viento y los separa
no estaban hechos para un viaje largo
(aunque para decir verdad, se aclara
que nunca se olvidaron, sin embargo)